martes, 2 de abril de 2013




Los horizontes perdidos

Cincuenta años, más o menos, separan ambas imágenes. Las dos están realizadas desde el mismo edificio, en la calle Millán de Priego. Si acaso difieren en la altura por el ligero cambio de orientación. Pero eso no es más que una anécdota en lo que significan ambas perspectivas. Jaén, sí, se ha transformado, aunque ya hemos visto en este mismo blog que a costa de hacer desaparecer edificios de gran valor histórico. Lo dijo Chueca Goitia en el libro que describía la destrucción del patrimonio español. De cualquier manera, lo que aquí interesa es la perspectiva, o la no perspectiva que marcan las nuevas y abigarradas edificaciones frente al horizonte limpio que enseñoreaba el paisaje hace medio siglo. La pauta temporal la pone el edificio de la Audiencia, los Juzgados, para cualquier jiennense. Su construcción fue realizada según un proyecto de 1956. La foto a color no tiene ni una semana. La nota curiosa llega a través de la palmera del que fuera chalé de don Inocente Fe. Por suerte, es de lo poco que sigue en su sitio.








Un monumento inquieto

Había un dicho en Jaén que resumía de manera contundente la tozudez de alguien: "Tienes más cabeza que Bernardo López". La frase debió ser acuñada a partir de 1904, cuando la Ciudad erigió un monumento en bronce al poeta que cantó la gesta del Dos de Mayo. Se trataba de un busto realizado por el escultor jiennense Jacinto Higueras Fuentes, que inicialmente fue colocado en la fachada trasera de la Catedral, junto a la Cripta, debajo de la conocida "mona", como se aprecia en la imagen inferior. Pero como en Jaén pocas cosas permanecen, el busto pasó de ahí a la plaza de los Jardinillos, en su extremo más próximo al convento de San Antonio, ubicación que recoge la primera imagen. No contentos los munícipes del momento, el pobre busto fue más tarde recolocado en la Alameda, cuando algún visionario tuvo la "feliz" idea de convertir aquel jardín en una suerte de museo de estatuas y mandó para allá también la de Bernabé Soriano y la de Almendros Aguilar, hoy felizmente devueltas al lugar que les corresponde. La una al pie de la calle de su nombre y la otra en la plaza donde siempre estuvo, ante la iglesia de San Juan. Bernardo López también participó en esa nueva diáspora y otra vez cambió de ubicación. En esta ocasión para regresar a los Jardinillos, cerca de donde estuvo años atrás. El tiempo dirá si ese será su emplazamiento definitivo...