Una curiosidad con historia
En la calle Arroyo de San Pedro, en una esquina del soso bloque de pisos que ocupa lo que fue solar de la desaparecida iglesia de San Pedro, existe un sencillo azulejo que recuerda que en aquel templo recibió las aguas bautismales el universal guitarrista Andrés Segovia, el día 24 de marzo de 1893. Hijo de un jiennense, Bonifacio Segovia y Montoro, y una malagueña, Rosa Torres Cruz, el artista había nacido en Linares, unos días antes. Dicen algunas biografías que por accidente. El caso es que ni el propio Andrés Segovia explicó nunca el porqué de su nacimiento en Linares y su posterior bautizo en Jaén. Una historia curiosa, o una curiosidad con historia que pocos conocen y que un simple azulejo se encarga de recordar.
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